San José, la capital de Costa Rica, está cada vez peor. No recuerdo que fuera nunca una ciudad bonita en comparación con aquellas en Europa, Norte o Suramérica. Pero por lo menos, San José tenía personalidad, limitadita, pero algo tenía.
La recuerdo como un lugar donde la gente se saludaba, donde los josefinos, aún con la cultura de campo como herencia, eran personas bastante honestas. Bondadosos, amables. Había bares y tráfico de drogas, pero no tantos ni tan descarados como ahora. Los turistas quedaban fascinados con la cultura “pura vida”, y aún los que no hablaban español, intentaban charlar con los vendedores en la calle. Ahora solo lo hacen los turistas sumamente ingenuos.
Recuerdo cuando el hablar de prostitución en San José era casi un tabú. Ahora no hablo de prostitución tanto como la veo. Pueden ser las diez de la mañana de un miércoles y aún así me puedo topar de frente a por lo menos tres damas (o caballeros) del viejo oficio.
Recuerdo cuando yo podía hablar con indigentes, a veces les regalaba comida o un poco de dinero. Me daban lástima. Ahora, me dan miedo. ¡Son tantos! Me tropiezo con ellos, y no se despiertan. Me siento como si yo fuera la que invade su ciudad. Como si yo fuera la basura en el ojo que les molesta un poco cuando se disponen a fumar marihuana o crack, también incluso un miércoles en la mañana.
Según la página web de la Municipalidad, “En los albores del siglo XXI, San José es una metrópoli viva y dinámica, que mira hacia el futuro y trabaja por un desarrollo sostenible, acorde con la exuberante naturaleza que la rodea, y por una mejor calidad de vida para sus habitantes”. ¿Ajá? Todos los planes de la Municipalidad de San José están predispuestos a fracasar, por el hecho de que esto ya no es San José. Está a minutos de convertirse en Calcuta.
He pensado en planes alternos, como clausurar San José, dejárselo a las ratas y cucarachas y trasladar la “capi” a otro lugar. ¿Pero a cuál? Heredia sigue siendo bastante pueblo y puro, a pesar de sus call centers. Puntarenas sería como en otras capitales del mundo que se encuentran cerca del mar, pero probablemente se descuidaría la zona Atlántica. Limón sería bastante inaccesible para ser la capital. En Guanacaste, muchos se quejarían por el calor. Cartago, estaría orgulloso de ser nuevamente la capital, por lo que seguro se trasladaría a Alajuela. Es la provincia mejor equipada para la nueva capital…¿Pero que haríamos cuando le pasara lo mismo que a San José?
Lo que debemos hacer, (sí todos, no sólo los josefinos) es una limpieza total. Dejar de tener miedo y de callar ante crímenes en las calles. Conseguir buenos policías que no se rían ante nuestras denuncias. Retomar nuestras calles, preservar nuestros edificios históricos. Debemos querer a San José de nuevo, en vez de dejarle todo a la Municipalidad. Cuando no lo hacemos, es lo mismo que cuando un indigente defeca en vía pública, nos estamos cagando en nuestra capital.
La recuerdo como un lugar donde la gente se saludaba, donde los josefinos, aún con la cultura de campo como herencia, eran personas bastante honestas. Bondadosos, amables. Había bares y tráfico de drogas, pero no tantos ni tan descarados como ahora. Los turistas quedaban fascinados con la cultura “pura vida”, y aún los que no hablaban español, intentaban charlar con los vendedores en la calle. Ahora solo lo hacen los turistas sumamente ingenuos.
Recuerdo cuando el hablar de prostitución en San José era casi un tabú. Ahora no hablo de prostitución tanto como la veo. Pueden ser las diez de la mañana de un miércoles y aún así me puedo topar de frente a por lo menos tres damas (o caballeros) del viejo oficio.
Recuerdo cuando yo podía hablar con indigentes, a veces les regalaba comida o un poco de dinero. Me daban lástima. Ahora, me dan miedo. ¡Son tantos! Me tropiezo con ellos, y no se despiertan. Me siento como si yo fuera la que invade su ciudad. Como si yo fuera la basura en el ojo que les molesta un poco cuando se disponen a fumar marihuana o crack, también incluso un miércoles en la mañana.
Según la página web de la Municipalidad, “En los albores del siglo XXI, San José es una metrópoli viva y dinámica, que mira hacia el futuro y trabaja por un desarrollo sostenible, acorde con la exuberante naturaleza que la rodea, y por una mejor calidad de vida para sus habitantes”. ¿Ajá? Todos los planes de la Municipalidad de San José están predispuestos a fracasar, por el hecho de que esto ya no es San José. Está a minutos de convertirse en Calcuta.
He pensado en planes alternos, como clausurar San José, dejárselo a las ratas y cucarachas y trasladar la “capi” a otro lugar. ¿Pero a cuál? Heredia sigue siendo bastante pueblo y puro, a pesar de sus call centers. Puntarenas sería como en otras capitales del mundo que se encuentran cerca del mar, pero probablemente se descuidaría la zona Atlántica. Limón sería bastante inaccesible para ser la capital. En Guanacaste, muchos se quejarían por el calor. Cartago, estaría orgulloso de ser nuevamente la capital, por lo que seguro se trasladaría a Alajuela. Es la provincia mejor equipada para la nueva capital…¿Pero que haríamos cuando le pasara lo mismo que a San José?
Lo que debemos hacer, (sí todos, no sólo los josefinos) es una limpieza total. Dejar de tener miedo y de callar ante crímenes en las calles. Conseguir buenos policías que no se rían ante nuestras denuncias. Retomar nuestras calles, preservar nuestros edificios históricos. Debemos querer a San José de nuevo, en vez de dejarle todo a la Municipalidad. Cuando no lo hacemos, es lo mismo que cuando un indigente defeca en vía pública, nos estamos cagando en nuestra capital.
0 comentarios:
Publicar un comentario