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lunes, 23 de febrero de 2009

Sobre el discurso de Obama

20 de enero de 2009. Recuerda esta fecha para que les cuentes bien a tus hijos, igual que como a ti te contaron de cuando el hombre llegó a la Luna, de un día que cambió la historia del mundo para siempre.

Cuéntales de la multitud que había en Washington D.C., que parecía que todos tenían frío y que tú los podías ver desde la tele. Unos días antes, viste también las galas y conciertos de artistas internacionales, muchos que ni siquiera pudieron votar, pero que apoyaron a Barack Obama para ser el nuevo presidente. Todos estaban muy nerviosos, incluso el Jefe de la Corte Suprema de Justicia, John Roberts, quien lo juramentó como presidente, se equivocó en las palabras. Pero Barack se las sabía de memoria y no lo notó. Roberts se disculpó después.

Entre aplausos y gritos, comenzó el discurso. Todos escucharon. El presidente número 44 de los Estados Unidos habló como que si todos fueran una gran familia: “Nosotros...durante nuestra historia...nuestros antepasados”, a pesar de ser el primer presidente de origen afro americano fue un discurso que no se fijó en detalles como el color de la piel o religiones, sino en los difíciles retos que va a tener el mundo y que nos debemos mantener unidos y ser fuertes para afrontarlos.

Se concentró en los valores del pueblo estadounidense, muchos de los que se comparten en otras partes del mundo, la humildad, el agradecimiento, el trabajo duro. Se centró en hacer que los estadounidenses se sintieran realmente unidos y que supieran que si tenían fe y realizaban sus labores, podrían sobrepasar la crisis económica y la guerra. Muchos perdieron sus casas ante entidades financieras durante los últimos meses por no poder pagar la hipoteca, por no tener trabajo debido a la falta de organización de gobiernos anteriores y de concentrarse en una guerra sin sentido. (¿Por qué invadieron Irak?). Gran parte de estas personas votó por Obama con el anhelo de que va a cambiar esta situación. Obama fue realista y mencionó que sí lidiará con estos retos, pero que tomará tiempo solucionarlos. Probablemente planea quedarse en la Casa Blanca por ocho años y no cuatro.

El discurso estuvo bien y a muchos los emocionó, pero hubo demasiada expectativa para lo que terminó diciendo. Dijo lo que ya se sabe, que hay que trabajar fuerte para llegar a la meta. Lo mismo que dicen los jugadores de fútbol. Sí se mostró como alguien fuerte, pero no mostró planes específicos nacionales o mundiales. Fue un discurso bastante tradicional, pero logró llegar a las miles de personas, probablemente de orígenes muy distintos, que se encontraban ahí.

Por que gano Obama

A pesar de ser relativamente joven, formar parte de una minoría y abogar por el cambio, Barack Obama transmite seguridad. El encarna el valor de la confianza en sí mismo y en los demás, y que esta confianza crea un pueblo fuerte.

Esta confianza la transmitió hablando personalmente o a un nivel personal con muchas personas de distintos orígenes. A diferencia de sus rivales, que se bajaban del pedestal solo para la foto, Obama mostró un interés auténtico en cualquier comunicación con cualquier persona. La estrategia de su jefe de campaña, David Plouffe, fue excelente. Ya que no se concentraron en llegarle solo a las mujeres, como lo hizo Clinton, o a los patriotas, obreros e inmigrantes, como lo hizo McCain; sino que crearon distintos mensajes para prácticamente todas las comunidades.

El hecho de que celebridades, la gente que se admira por su talento artístico o la graciosa falta de éste, apoyaran a Obama fue también un punto decisivo para lograr el apoyo y convertirse en presidente. El pueblo estadounidense, sobretodo en los últimos años, se ha convertido en una masa que consume cuanto se les ponga en comerciales televisivos con gente bonita. Para bien o para mal, Obama se convirtió en un producto; en lo que todos quieren tener, ser, apoyar. Algo parecido a cualquier concursante de American Idol.

Existen ciertas similitudes en cuanto a Obama y los concursantes de ese programa, por ejemplo, tienen un talento natural que se debe ir perfeccionando, se debe mejorar la imagen, se deben presentar lo más posible ante el público, tienen que ser carismáticos, tienen que ser alguien que uno pueda ver como un amigo y un héroe... Bueno, un ídolo. Al fin de cuentas puede haber mejores cantantes, mejores políticos, pero tocar el corazón de un pueblo adormecido cómodamente en su propio individualismo es algo muy difícil de lograr y es respetable el logro de la campaña: que más personas se interesan en política y mejorar sus vidas en vez de votar en concursos y comprar cualquier cosa en rebaja.

A lo largo de la campaña, esa fue la imagen de Obama; un hombre de confianza, una persona buena que realmente quiere lograr un cambio. En su discurso inaugural, considero que se continuó con esa imagen pero dándole más fuerza y realismo. Ya no era un Obama sonriente saludando a todos, ahora es un Obama que presenta la realidad: “Hoy les digo que los retos que afrontamos son reales, son serios y son muchos. No se van a resolver en un corto periodo de tiempo. Pero debes saber esto América: Se van a afrontar” (discurso inauguración, Obama).

Algunas características de Obama si le ayudaron en la construcción de su imagen. El hecho de que él mismo sea una persona de un origen tan heterogéneo contribuyó en que los distintos sectores se identificaran con él. Un hombre joven, pero padre de familia, un hombre que es mitad negro y mitad blanco, un hombre que pasó mucho tiempo en el exterior, un hombre que casi no conoció a su padre, un hombre que trabaja duro, un hombre muy diferente y al mismo tiempo tan parecido a un hombre común. No un héroe de guerra, no una ex-primera dama, un hombre común con la ambición de mejorar su país.

En este sentido siento que sí se identifican, sobretodo, las grandes minorías con él. Es un ejemplo a seguir para jóvenes en la comunidad negra e inmigrantes de cualquier país. También para quienes no tienen un presente que les haga felices, es una promesa de un mañana conspicuo.

El asociar a Obama con Martin Luther King, John Fitzgerald Kennedy e incluso Abraham Lincoln, fue algo que crearon los medios de comunicación estadounidenses y francamente no estoy segura si lo ayudó en su carrera hacia la presidencia. Estos tres personajes fueron claves en la historia estadounidense y Obama también lo será. Se puede ver la asociación con Lincoln, quien también fue representante por Illinois, que fue odiado por muchos sectores del país por defender los derechos de libertad de todos los hombres y crear la unión en Estados Unidos. Con Martin Luther King se le asocia por ser afroamericano, por también luchar por los derechos civiles y tener esperanza en un mundo más justo. Con John F. Kennedy se le asocia por su carisma, su capacidad de hacer que las personas crean y apoyen su causa y por ser un presidente-producto.

Lo que no me gusta de ninguna de estas comparaciones es que estos tres hombres fueron asesinados. Me parece que es una forma en que los medios de comunicación manipulan al público, martirizando a Obama y condenándole a morir asesinado, que puede o no ser su destino.

Vencer a Hillary Clinton y a John McCain catapultó su imagen, pero no como un rival difícil y agresivo, sino como un líder de mente abierta capaz de reconocer los logros y capacidades de sus adversarios. A Clinton la nombró Secretaria de Estado, puesto precedido por otra mujer, Condoleeza Rice, no por imagen sino por que desde un principio reconoció a Clinton como una excelente política. Igualmente, felicitó a McCain por su fuerte campaña, por juntos velar por la democracia de su país y así mismo prometió tomarlo en cuenta durante su mandato presidencial.

Barack Obama podría ser comparado con muchas personas, ser analizado desde millones de puntos de vista, ser tratado como mártir, líder, visionario, producto o un hombre que también soñó con crear un mundo mejor. Pero después de todo, no es como nada que hayamos visto antes, el mundo no es lo que conocíamos y nosotros tampoco. Obama representará, desde cualquier panorama, el cambio de nuestro mundo y el paso a un nuevo capítulo en la mejor historia conocida: la humanidad.