Reportaje final- Entrevista a Miriam Jarquín

La academia desde afuera
Es de noche en Barrio Luján. La dirección es conocida para cualquier taxista experimentado en el área de San José, pues queda al frente de una soda dedicada a ellos. Desde afuera, se ven las casitas de madera, muy juntitas, en este barrio tan josefino.

Una vez adentro, la casa ya no es tan típica. Es la Academia de Música Moderna. Los distintos ritmos y melodías de las clases se mezclan en la sala de espera, frente al escenario estudiantil. La puerta principal se abre, y todos saben quien es por el sonido de las pulseras metálicas. El saludo cálido lo confirma. Es Miriam Jarquín, fundadora de la Academia, cantante profesional, artista visionaria, madre reciente y querida amiga de quienes están en la Academia.


Quizás, quizás, quizás

Fue el ambiente de música en su casa lo que la ayudó a descubrir su talento. Cuando era niña, su padre tocaba la guitarra y cantaba, era algo que compartían. Su padre la inspiró a cantar, pero nunca se imaginó que sería cantante profesional. En 1977 inició su carrera con el Coro de la Orquesta Sinfónica Nacional. Durante la adolescencia se interesó en la música de moda como The Doors y The Monkees, y en 1981 decide incursionar en el canto del género rock con grupos costarricenses como Chacal, Igni Ferroque, DCO y Ruta 66, entre otros.

Cuando Miriam empezó a cantar rock no era moda, no era bien visto que una mujer se atreviera a incursionar en este género musical. Mucha gente cree que los cantantes de rock tienen una vida desordenada, llena de vicios y desenfrenos, “y yo no era todo eso”, dice Miriam. Por el contrario, Miriam es una persona limpia, ordenada y sobretodo muy organizada.

Miriam sentía una gran pasión por la música, sin embargo, por la influencia familiar, estudió Derecho por un año y medio. La persona clave realmente para su carrera fue su entrenadora de canto lírico, Mary Peck, quien desde 1983 y a través de los años fue una guía e impulso para Miriam. Con el apoyo de Peck, Miriam participó en recitales como solista, en dúos, cuartetos y coros. Entonces decidió que a pesar de que el Derecho le interesaba mucho, su pasión, lo que realmente quería hacer, era cantar. No se veía como una abogada destacada, sino como una abogada que estaría siempre frustrada. Su familia no vio con buenos ojos la elección, “no les parecía una buena decisión por que aparentemente no es una buena decisión. Pero yo en mi corazón sabía que tenía que hacer lo que yo quería”, recuerda Jarquín. Finalmente su madre la apoyó.

En 1989 Miriam viajó a Hollywood, en California Estados Unidos, a estudiar en el Musician´s Institute. Era un Instituto de música en el que se estudiaban todos los instrumentos y varios estilos de manera intensiva, sin distracciones como trabajo u otros estudios, sólo música. Los estudiantes eran de distintas partes del mundo pero todos sentían, al igual a Miriam, una pasión por la música. Esta variedad la ayudó a experimentar con nuevos ritmos y formas de interpretarlos. Fue un año dedicado exclusivamente a estudiar música. Practicaba todos los días y todas las noches tenía ensayos. A veces, dejaba el Instituto en la madrugada.

En Estados Unidos Miriam no formaba parte de un grupo en específico, lo que la guió a cuestionarse su manera de cantar, pues opina que el formar parte de un grupo es un trabajo duro que no siempre deja espacio para la reflexión. El poder digerir estas mezclas, el encontrar maneras distintas de hacer las cosas, el salir de Costa Rica, aprender y crecer formó parte de la gran versatilidad con la que ahora cuenta Miriam. La libertad de elegir con cuales proyectos trabajar le dio a Miriam la oportunidad de cantar lo que ella quisiera cuando quisiera, no siempre rock.
Miriam busca tener paz más que una imagen de rockera

¿La mamá del rock tico?

Hubo una presión fuerte cuando volvió a Costa Rica, por que muchos la consideraban rockera y ahora ella variaba entre estilos. Miriam siente que con el pasar de los años, aún se encuentra “etiquetada”, pero no le molesta, “si eso fue lo que ellos conocieron en mí, está bien, pero yo me siento muy feliz de poder decidir lo que canto”, afirma Jarquín. Fue una transición de madurez, de permitirse hacer las cosas a su manera a pesar de que algunos rockeros “empedernidos” (como ella los llama) no lo acepten. “Me aclaro mucho en que yo tengo que hacer lo que yo quiero. Si soy feliz haciéndolo, haré feliz también a quien me escuche. Lo va a sentir así”, asienta Miriam.


A pesar de no ser solo una rockera, se siente halagada, y un poco extraña, de los distintos homenajes que ha recibido en su carrera. El ser considerada por muchos “la mamá del rock tico” la hace sentir bien, pues es un reconocimiento al valor que tuvo de demostrar su talento de una manera que no era apreciada en ese momento, a la fuerza que tuvo de seguir adelante y contracorriente.

La idea de una Academia

Mary Peck fue quien le recomendó a Miriam que se dedicara también a la enseñanza de la música. Se ofreció a mostrarle cómo se prepara la parte pedagógica y las distintas técnicas de canto. Entonces Miriam se unió con sus amigos Carlos “Calilo” Pardo y Carlos Sanders y mientras ella enseñaba el canto, Calilo daba lecciones de cómo tocar la guitarra y el bajo y Sanders instruía en la interpretación de la batería. Sin embargo, en ese momento, no eran aún una Academia. Miriam tenía el sueño de fundar una Academia en Costa Rica con el concepto del Musician´s Institute que conoció en el exterior.

Las clases particulares preocupaban a Miriam, pues sentía que era mucha responsabilidad el enseñarle a alguien la música. Mary Peck fue quien la convenció de tener la habilidad y talento necesarios para no solo enseñar música, sino fundar una Academia. Peck fue realmente un apoyo que cambió la vida de Miriam y la impulsó a hacer algo que ella nunca creyó que lograría. Así surgió en 1991 la Academia de Música Moderna, donde ahora se imparten clases de canto, batería, piano, saxofón, guitarra y bajo.

Sin embargo, adaptar un lugar como Musician´s Institute en Costa Rica tiene limitaciones; no pueden conseguir, por ejemplo, que los estudiantes se dediquen por un año o más exclusivamente a la música, “aquí la gente viene después del trabajo, después de la universidad...pero sí es inspirado (en lo que conoció en Estados Unidos)”, explica Miriam.

Academia de Música Moderna

La Academia empezó con unos 30 alumnos y ahora cuenta con más o menos 200, que constituyen niños, jóvenes y adultos, quienes estudian música por diversas razones. Miriam opina que quien quiere dedicarse a la música debe prepararse y que “a la persona que le nace y le gusta, que lo desarrolle. Yo creo que todo el mundo tiene una parte creativa que es importante que desarrolle”. Ella propone ser una guía y mostrar la parte técnica para que ese desarrollo se vuelva más productivo. “Todo el que quiera estudiar música debe estudiar música”, enfatiza Miriam, quien considera que la interpretación de la música es incluso una manera de encontrarse en un plano espiritual.

Su método de enseñanza de canto se basa principalmente en la escuela italiana lírica. También creando un método propio de enseñar la música popular, pues no existía una técnica específica. Miriam logra llegar a un punto medio entre lo popular y lo lírico, pues no se pueden mezclar pero sí se pueden respaldar entre sí.

Miriam se siente orgullosa de muchos de sus estudiantes que se han destacado a nivel nacional e internacional. Para mencionar una estudiante de la cual está muy orgullosa y es muy conocida en Costa Rica, nos habla de Debi Nova.
Debi Nova
“Debi empezó muy jovencita con nosotros. Calilo y yo sabíamos y sentíamos que ella iba a lograr muchas cosas. Cuando ella cantaba era muy natural, tenía mucho sentimiento al hacer las cosas. El amor que ella le ponía, el empuje, cantaba sin que le importara nada más...pensamos “ella promete”, por lo que recomendamos que se fuera afuera (a otro país donde pudiera continuar con la música) y la verdad nos sentimos muy orgullosos”, dice Miriam.


Blues Latino

Blues Latino nace en 1999 y obtiene su nombre gracias a las influencias musicales de Miriam Jarquín (blues, rock, jazz) y de su pareja Héctor Murillo (ritmos latinos). Miriam y Héctor decidieron hacer un repertorio con la música que les gustara, sin importar de qué estilo fuera. La idea era hacer una fusión, pues si tocan un bolero, “se siente la influencia de Blues, si tocamos un funk o alguna pieza de rock, se siente lo latino”, afirma Miriam. Entre tantos experimentos, encontraron un estilo característico que ha sido aplaudido por críticos.

Este estilo característico se encuentra también en las portadas de sus discos. Miriam habló con su amiga la pintora Silvia Laks, quien se ofreció a hacerle la portada bajo la única instrucción de que fuera “colorido”. De la creatividad de la Laks surgió la portada del primer disco y Blues Latino acudió de nuevo a ella con el segundo disco para seguir el concepto.
Los discos de Blues Latino tienen colaboraciones de muchos artistas nacionales
Así como los discos contaron con la participación de Laks para las portadas, también incluyeron la colaboración de otros artistas como María Pretiz, quien se encargó de los arreglos del coro de los mismos. Miriam considera su relación con Pretiz como muy pareja, pues aunque sus estilos son muy diferentes, se respetan y colaboran en los proyectos de la otra.

No hay palabras

La prioridad de Miriam es su familia, quien se compone por Héctor y la hija que tuvieron hace casi dos años, Diana. Miriam quedó embarazada a los 45 años de edad y describe esa etapa como una muy especial y feliz en su vida, “está uno en un estado de “peace and love””, se le iluminan los ojos al recordarlo. Se podría decir que Dianita (como la llaman sus padres con cariño) tuvo parte en el segundo disco de Blues Latino, pues empezaron a grabar sin saber del embarazo y terminaron con nuevo álbum y con una hija. Miriam continuó cantando sin problemas hasta los ocho meses de embarazo y describe que fue una “experiencia de amor”.

Dianita es también una fusión entre Héctor y Miriam, “es muy musical, le fascina el piano, trata de cantar y ya lleva el ritmo”, dice Miriam, orgullosamente. También, con luz en los ojos, comenta que es muy mezcladita y tiene rasgos de ambos y carácter de ambos. Miriam decidió operarse para no volver a quedar embarazada después de Dianita, pero no descarta la posibilidad de darle un hermanito o hermanita a través de un proceso de adopción.
Miriam y Dianita


Ahí viene Miriam

Miriam, sin darse cuenta, desarrollo un estilo muy propio no solo de cantar sino también de vestir. Siempre le han gustado los accesorios raros y diferentes, “una amiga me decía “¿qué es que vos vas a una tienda donde solo cosas raras venden?” y no, es que yo siempre me fijo en las cosas que me llaman la atención”, ríe Miriam.
El accesorio más característico que siempre usa, son varias pulseras de metal en su brazo derecho, que hacen un sonido bastante reconocible cuando ella se mueve. Las pulseras las empezó a usar hace varios años, cuando fue a México durante tres meses con Igni Ferroque, pero cuenta que estaba en su época rockera y las pulseras eran más pesadas. “Son una característica mía y nunca lo pienso, pero realmente siempre me acompañan, sí me gustan. Lo primero que hago cuando llego a la casa es quitármelas, por que no es práctico para estar lavando platos y haciendo otras cosas en la casa, pero siempre las uso”, concluye Miriam.
Miriam