La borrachera democrática

“La borrachera democrática” de Alain Minc, es un libro de carácter argumentativo sobre cómo la democracia en Europa, particularmente en Francia, ha cambiado de ser democráticamente tradicional a una democracia de la opinión pública.

En esta democracia tradicional, Minc hace referencia al poder representativo como una especie de club social al que pertenecen los mismos miembros básicamente gracias a la herencia y distintas oportunidades que las clases altas tienen que las clases más bajas no poseen. En esta misma categoría de democracia tradicional, señala el “Estado-Providencia” o democracia social que pretende una igualdad de servicios sociales que realmente es inexistente. Este Estado-Providencia buscaba mejorar las condiciones de los más necesitados y crear un estilo de vida estable para el tercer poder de la democracia tradicional: la clase media.

La nueva democracia de la opinión pública tiene como sus principales actores a los jueces, los medios de comunicación y la opinión pública demoscópica (perteneciente al estudio de las opiniones, aficiones y comportamiento humanos mediante sondeos de opinión).

Los jueces tienen el poder culpar de acuerdo a lo que la opinión pública dicte. Los medios de comunicación, a quien Minc parece odiar, tienen poder por que más personas conocen y o se identifican con alguien que ven todos los días por televisión que, por ejemplo, con un diputado de x partido. El mayor problema con los medios de comunicación, y en esto estoy de acuerdo con Minc, es que los periodistas muchas veces se lanzan a culpar sin corroborar pruebas. ¿Vale más el entretenimiento y rating que la información?

Finalmente, el otro problema que generan los medios de comunicación son los sondeos, el darle una voz al pueblo (¿A qué parte del pueblo? ¿En qué momento del día? ¿Bajo que estándares de comparación? ¿Qué se les pregunta a estos desconocidos?) Creando una democracia demoscópica a la que se le cumplen instantáneamente sus deseos y tiene mala memoria. Esta democracia generalmente va a creer que si la mayoría dice que algo es cierto, lo es…aunque esto sea erróneo. El mayor peligro de este tipo de democracia, según Alain Minc, está en el populismo, que surge cuando las tensiones de la democracia demoscópica crecen y se unen en contra de lo que ni ellos entienden.

Según Minc, esta nueva democracia es un desastre, y para enfrentarla la solución es crear un liderazgo sólido y democrático. Para lograrlo, el autor propone: establecer límites fácticos e institucionales, crear una soberanía compartida entre poderes y contrapoderes (de la soberanía y el sufragio como amos, a los contrapesos: i.e. fondos de pensiones), y una reinvención política e institucional (nuevos circuitos de información descendentes y ascendentes para lograr “sana dialéctica” entre nuevos poderes). Con esto pretende que nazca una nueva “santa trinidad”; que el poder se encuentre en la política, las élites y la opinión pública.

En el libro se ignora casi por completo la situación de los inmigrantes en Francia, y aunque se mencionan los pieds noirs y los ghettos parisinos, Minc los describe como algo que ocurrió espontáneamente cuando son una consecuencia de la misma política del Estado francés y la cultura un tanto hipócrita en la que la libertad, igualdad y fraternidad son solo para algunos. Otro problema es que el libro se encuentra ya un poco desactualizado. “La borrachera democrática” sirve de mucho, sin embargo, para ampliar criterio y tener una visión más panorámica de la opinión pública.