La nueva película animada de Pixar, Ratatouille, trata sobre la pasión de una rata por el arte culinaria.
El filme fusiona de manera compleja la historia de varios personajes que se relacionan entre sí por la comida, ya sea esta basura, alta cocina, o Ratatouille (que viene siendo algo así como la versión francesa de un picadillo).
La comida representa la vida y el cariño familiar. Algunos personajes no la apreciaban, otros la criticaban y otros la consideraban un trabajo. Rémy, la rata protagonista, demuestra cómo se debe amar, compartir y disfrutar sin prejuicios.
Escrita y dirigida por Brad Bird, creador de “Los Increíbles”, es el tercer largometraje de Pixar en defraudar en ingresos de taquilla. No es de extrañar, pues la película es extensa (110 minutos) con personajes complicados (la película no tiene villanos, sólo personajes con perspectivas opuestas) y la trama es difícil de seguir.
Si fuera un poco más intensa sería para un público maduro, y al mismo tiempo es demasiado profunda para un público infantil.
La animación es muy minuciosa. Cabe destacar la excelente ambientación de París y la reproducción de movimientos sutiles y de las texturas. Ratatouille es un manjar para la vista.
El filme fusiona de manera compleja la historia de varios personajes que se relacionan entre sí por la comida, ya sea esta basura, alta cocina, o Ratatouille (que viene siendo algo así como la versión francesa de un picadillo).
La comida representa la vida y el cariño familiar. Algunos personajes no la apreciaban, otros la criticaban y otros la consideraban un trabajo. Rémy, la rata protagonista, demuestra cómo se debe amar, compartir y disfrutar sin prejuicios.
Escrita y dirigida por Brad Bird, creador de “Los Increíbles”, es el tercer largometraje de Pixar en defraudar en ingresos de taquilla. No es de extrañar, pues la película es extensa (110 minutos) con personajes complicados (la película no tiene villanos, sólo personajes con perspectivas opuestas) y la trama es difícil de seguir.
Si fuera un poco más intensa sería para un público maduro, y al mismo tiempo es demasiado profunda para un público infantil.
La animación es muy minuciosa. Cabe destacar la excelente ambientación de París y la reproducción de movimientos sutiles y de las texturas. Ratatouille es un manjar para la vista.
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